Una Amistad Poderosa
Ocurrió
una vez en la inmensa y salvaje selva que un feroz, fuerte y
despiadado león tenía azotado a los animales más indefensos.
Cada semana acostumbraba atacar y comerse a un animal de diferente
especie. Había también en el mismo lugar un pequeño ratoncito muy
astuto quien le tenía miedo a la idea de encontrarse frente a frente
con el temido animal asesino.
Un día en el velorio de una
víctima, el ratoncito le preguntó a su amigo el mico:
–Amigo mico ¿Cómo harías para
salvarte en caso de que te encuentres con el león asesino? - Preguntó el roedor intrigado.
–Ay, con mi inteligencia le
comienzo a tirar piedras y busco un árbol alto para refugiarme y el
estará saltando y saltado hasta que se canse y se vaya. –Le ha
contestado el mico.
–Bueno será confiar en lo alto y
fuerte del árbol. - Dijo el ratoncito.
Y
aconteció que unos días después el león se topó con el mico y
queriendo devorárselo lo cercó llevándolo entre arbustos. El mico
tal como le había dicho al ratoncito empezó a lanzarle piedras, que
el león esquivó con su agilidad y astucia. El mico se subió al
árbol más alto que encontró y pensó estar seguro, pero no contó
con la inteligencia y la perversidad del león, que utilizando sus
poderosas garras empezó a empujar el árbol hasta que hizo que el
mico se cayera justo frente a su hambrienta boca… y zúas.
Dias despues, estando el ratoncito en el
velorio del mico le preguntó a su amiga la cebra:
–Amiga cebra ¿Cómo harías para
salvarte en caso de que te encuentres con el león asesino? –Ay, con mi fuerza y velocidad empiezo a correr de un lado a otro, luego cuando esté cansado le lanzo una patada con mis poderosas patas traseras y lo dejo muerto. –Le ha contestado la cebra.
–Bueno será confiar en tu velocidad y la fuerza de tus patas traseras - Expresó el ratoncito.
Y aconteció que unos días más tarde el león se topó con la cebra y queriendo devorársela la
empezó a perseguir. La cebra tal como le había dicho al ratoncito
empezó a correr de un lado a otro tratando de escapar del león,
pero éste con el hambre que tenía no renunció ni un segundo
llevando al cansancio a la desesperada cebra quien en un momento de
descuido fue atacada por el cuello por el león, quien con suma
facilidad devoró al caballo rayado.
Días despúes, estando el ratoncito en el velorio de la cebra y al ver que todos sus amigos habían sido devorados por el perverso animal se dijo a sí mismo:
Y utilizando su astucia se acordó
del Elefante y dijo:
–Me
haré amigo del elefante. Yo sé
que no tenemos muy buena relación, es más nunca hemos hablado,
pero si tengo como amigo al elefante sé que el día que tenga que
enfrentar al león y acudo a mi amigo el elefante por lo menos le
meteré miedo al perverso ese. Voy a buscar al elefante.
Y
así hizo, buscó al elefante más grande y se presentó ante él,
aunque un poco temeroso, pero decidido de entablar una amistad, una
alianza que le pudiera ayudar a enfrentar al poderoso león asesino.
Al principio el elefante se sintió sorprendido de que una
insignificante criatura se le acercara y sobre todo que le pidiera
ser su amigo.
Y
aconteció que todos los días el ratoncito buscaba al elefante y
hablaban bastante, y el ratoncito le contaba todas las historias que
le pasaban a él y que oía de los otros animales. Su relación se
fortaleció hasta tal punto que el elefante ya consideraba al
ratoncito como su amigo, como su hermano.
El elefante le dijo al ratoncito:
–Amiguito mío, te has metido
tanto en mi corazón que te considero un hermano, un hermanito. Si
cualquier día tienes problemas no dudes en llamarme, yo te oiré
con estas orejas tan grandes que tengo he iré tan rápido que
pulverizaré a cualquiera que te amenace, no lo dudes.
Un día, el momento más temido
por el ratoncito se presentó, se topó con el terrible león. El gran felino
al ver al diminuto roedor creyó que era bueno como aperitivo para empezar su faena
de casería. Pero al darse cuenta el ratón de que tenía al frente al
asesino de sus amigos y su posible verdugo no dudó en pegar un gran
grito
–Elefante, Elefante, Auxilio, Elefante..
La
poderosa bestia, al oír los gritos desesperados de su querido
amiguito, alzo sus enormes orejas, lanzó un gran grito con su tropa
y empezó su embestida hasta llegar al lugar donde estaba el
ratoncito y el león; quien estaba ya listo para saltar sobre su
presa. Pero al ver la presencia del imponente ser se detuvo y
retrocediendo desertó de sus malévolos deseos.
El elefante le preguntó al
ratoncito:
– ¿qué ocurre amigo mío, te está molestando este señor?
– No, el ya se iba solo me estaba saludando, ¿verdad león?
– Si
claro cómo no, yo solo pasaba por acá ya me iba tengo cosas que
hacer – dijo el león un poco temeroso.
Puesto que en toda la selva
el león al único animal que le guarda respeto es al elefante y no
iba a poner en riesgo su vida por un insignificante ratonsuelo. Y así
el elefante le recordó al león que no intentara lastimar a su
pequeño amigo porque el día que lo intentara se las vería con la
furia del imponente elefante. Y así fue, y cada vez que el león
intentaba atacar al ratoncito este solo le susurraba: Esta cerca el
elefante
mi amigo el poderoso…
Ideada y Escrita por Henry Castro De la Hoz
El Poder de La Oración.
- Perseverante: Lucas 18:1-8.
- Guiada por el espíritu santo: 1 Corintios 2:10-13;
- Que vaya acorde a la voluntad de Dios: Isaías 55:8-11;
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