miércoles, 10 de abril de 2013

La Soberbia y la Humildad

La Soberbia


Isaías 14:12-15;


12 ¡Cómo has caído de los cielos, Lucero, hijo de la Aurora! ¡Has sido abatido a tierra, dominador
de naciones!
13 Tú que habías dicho en tu corazón: «Al cielo voy a subir, por encima de las estrellas de Dios
alzaré mi trono, y me  sentaré en el Monte de la Reunión, en el extremo norte.
14 Subiré a las alturas del nublado, me asemejaré al Altísimo.
15 ¡Ya!: al seol has sido precipitado, a lo más hondo del pozo.»




El Pecado


“Soberbia” viene del latín “superbia”, y éste está formado por dos vocablos: el superlativo “súper” + la raíz “bía”; lo primero significa “altura, exceso, superior”, y lo segundo quiere decir “fuerza, violencia”. Se puede traducir por “Fuerza Superior”. Según Santo Tomás de Aquino, Soberbia es el “apetito desordenado de la propia excelencia”. En otras palabras, es situarnos en Un renglón por encima de los demás. Y se considera pecado mortal cuando es perfecta, es decir, Cuando se apetece tanto la propia exaltación que se rehúsa obedecer a Dios, a los “superiores” y a las leyes.

La Soberbia no sólo desobedece, sino que además se sitúa a sí misma en el lugar de Dios, y de ahí procede su importancia capital. Nosotros somos hijos de la Naturaleza y podemos decir que cometemos Soberbia cuando creemos que somos los mejores seres que ha creado la Naturaleza, cuando nos situamos por encima de los otros seres vivos o, incluso, cuando creemos que estamos
por encima de la propia Naturaleza y tratamos de dominarla a nuestro antojo, maltratándola y destruyéndola como lo hemos venido haciendo a tal punto de poner su existencia en peligro.


La Soberbia es la máxima expresión del Ego, es Ego puro (hablar de Ego y de Soberbia es hablar de lo mismo), y se hiere fácilmente. Es lógico si pensamos que ella se cree la directora de orquesta y, para mantener esa imagen ilusoria, no va a permitir que nada ni nadie la sitúen en su justo lugar; por eso se rebota.  

Defenderá a capa y espada que ella tiene razón. Como la realidad indica justamente lo opuesto,  la vía alternativa que le queda es adueñarse de nuestra mente. Prácticamente, en el instante
después de nacer la Soberbia, aunque sus raíces son emocionales y se ancla en el Alma, se procede a esta “ocupación”. Una vez allí, crea un mundo ilusorio donde nos sitúa a nosotros como reyes y, de este modo, nos controla y lo controla todo. Fijémonos en este hecho: cada vez que nos sentimos juzgados observamos el mundo como si nosotros fuéramos el centro del universo; ésa es la prueba de ese mundo irreal que nos fabrica el ego.

La Soberbia es arrogante, y por ello cree no necesitar nada ni nadie. Sin embargo, se mete a sí misma en una paradoja: para existir necesita de la participación de los demás, de un entorno, de una realidad, porque si no, no tiene sentido engrandecerse y pavonearse. Creyéndose dueña de todo, es así como se convierte en  esclava de todo. Pero eso nunca lo aceptará, ya sabemos que ella siempre tiene la razón.


El mayor ejemplo de esto es el relato de Ester:

Ester 3:1 – 7:10;



                                La Humildad


Lucas 22:39-44;
39 Salió y, como de costumbre, fue al monte de los Olivos, y los discípulos le siguieron.
40 Llegado al lugar les dijo: «Pedid que no caigáis en tentación.»
41 Y se apartó de ellos como un tiro de piedra, y puesto de rodillas oraba
42 diciendo: «Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.»
43 Entonces, se le apareció un ángel venido del cielo que le confortaba.
44 Y sumido en agonía, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra.


Filipenses 2:1 – 11;
1 Así, pues, os conjuro en virtud de toda exhortación en Cristo, de toda persuasión de amor, de toda comunión en el Espíritu, de toda entrañable compasión,
2 que colméis mi alegría, siendo todos del mismo sentir, con un mismo amor, un mismo espíritu, unos mismos sentimientos.
3 Nada hagáis por rivalidad, ni por vanagloria, sino con humildad, considerando cada cual a los demás como superiores a sí mismo,
4 buscando cada cual no su propio interés sino el de los demás.
5 Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo:
6 El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios.
7 Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre;
8 y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz.
9 Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre.
10 Para que al nombre de Jesús  toda rodilla se doble  en los cielos, en la tierra y en los abismos,
11 y toda lengua confiese  que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria de Dios Padre.



Por duro que parezca, la única y mejor opción que tenemos para trascender la Soberbia es el Realismo. “Humildad” tiene dos raíces latinas: “humiliatis”, que significa abajarse o arrodillarse y de la cual nace el verbo “humillar” y “humillarse”, y “humus”, que significa tierra. En otras palabras, ser humilde significa pisar tierra o, incluso, arrodillarse ante ella, lo cual implica ceder, dejar de oponer una resistencia y aceptar. Pero, ¿ceder ante qué? ¿Aceptar el qué?

Para ser humilde debemos

Ser un ejemplo para los demás. Ser humilde es una filosofía de vida. Es ser íntegro con uno mismo y con cómo sentimos el mundo y el Universo. Si los demás aprenden algo de nuestra filosofía, está bien, pero si no lo hacen también está bien, porque cada uno tiene su camino. La Humildad no se impone. No somos humildes si vivimos para enseñar, sí lo somos si vivimos para servir. Que cada uno tome lo que necesite de aquello que nosotros damos.

Rebajarse. No se trata de reconocerse como menos que los demás, eso entra en la dualidad y da pie a que surja el Ego diciendo “¿y Yo por qué debería ser menos?”, dando paso seguramente a la Envidia. Tampoco se trata de ser más culpables, más “pecadores”, y más peores que otros, porque todo lo “más” es Soberbia. Además, demuestra una falta de Caridad, y si falta la Caridad es que falta también la Humildad (si la Soberbia es la madre de todos los pecados, la Humildad es la madre de todas las virtudes). Lo único real es que SOMOS. Ni más ni menos, sólo SOMOS. Por lo tanto, no se logra Humildad al humillarse o al humillar a otros, aunque el verbo “humillar” comparta la misma raíz latina que la Humildad.

Una imagen. Todos nos hemos formado alguna vez una imagen de lo que creemos que es la Humildad, y una imagen siempre puede convertirse en una máscara que nos podemos poner para representar un papel. Eso jamás será Humildad. Por lo tanto: NO soy humilde si rechazo halagos diciendo “no es verdad, no tiene mérito…” y cosas similares porque estoy actuando de acuerdo con lo que creo que está bien y que parece humilde, cuando en realidad es Vanidad; evidentemente, tampoco soy humilde si me creo los halagos y me crezco, también eso es Vanidad, pero sí soy humilde si acepto los halagos (le hago un bien a la otra persona, porque necesita reconocer un agradecimiento y eso siempre es bueno) pero sin perder el norte, la orientación de lo que es real. Tampoco soy humilde si persigo la Humildad con el fin de “mejorar”, pues sólo el ego necesita ser más y mejor, así que en realidad estaría persiguiendo una imagen que me he formado de la Humildad y no estaría aceptando que soy.

Resignación y Abandono. No es humilde el que, creyendo que acepta, deja las cosas tal como están. Me refiero a casos del tipo “Ah, acepto el hambre en el mundo como algo que simplemente es; por lo tanto, no tengo que hacer nada” o bien “Como acepto mis defectos, cada vez que la cague puedo decir que es que Yo soy así”. Eso puede ser Soberbia y Pereza, pero jamás Humildad. Es el ego el que decide que todo debe cambiar para adaptarse a su peculiar forma de ser, o el que se queja si algo cambia y se mueve justo ahora que estábamos más cómodos. Una cosa es hacer un parón de vez en cuando porque seguimos los ritmos naturales de la Vida y éstos a veces nos piden descanso, pero otra cosa muy distinta es no hacer nada. Si somos humildes reconoceremos que es tan realista aceptar el hambre en el mundo como aceptar que hay que servir al mundo para que exista equilibrio y se compense esa hambre, y es tan realista aceptar nuestros defectos como aceptar el trabajo diario en pos de las virtudes. Recordemos que la Humildad requiere ambos polos, en vez de la aceptación de un solo lado de la moneda. La Humildad juega con la dualidad trascendiéndola y unificándola en una idea de Unidad. Sólo tiene sentido algo si se trabaja su complementario.

Un acto de Justicia. A veces creemos hacer un bien al mundo por el hecho de ser humildes. incluso, sin darnos cuenta, usamos la Humildad como una forma de venganza o como defensa de una verdad. Todo eso es ego. No somos humildes si pretendemos algo similar a lo que acabo de mencionar. El humilde ya es objetivo y justo, no necesita administrar justicia con su obra.

La Verdad. Pensamos que por ver las cosas tal como son alcanzamos la Verdad, y lo cierto es que no es así. Humildad sólo es realismo. El término “Verdad” es algo con lo que juega la mente en el dominio de la Soberbia. Puede que la Verdad no esté a nuestro alcance… o puede que sí. Poco importa, pues el humilde no tiene la pretensión de apoderarse de ella, eso lo hace la Soberbia. quien se acerca mucho al Sol, se quema.




domingo, 7 de abril de 2013

La Oracion para el Cristiano

La Oración



Podemos caer en el peligro de pensar que la oración es algo sencillo y que no precisa ningún esfuerzo ni aprendizaje. Nada más lejos de la realidad. La oración, como todo aquello que vale, supone todo un camino. Evidentemente, si sólo queremos una oración en los momentos que nace espontáneamente, no hacen falta métodos. Pero si buscamos mantener un ritmo constante de oración y una progresión en profundidad, la cosa cambia.


En la oración debes hacer:


1. Intenta rezarla con la actitud del niño que, sin ser muy consciente, es todo un ejemplo de confianza.
2. Hay que rezar desde nuestras propias vivencias y al ritmo de ellas. Cuéntale lo que te pasa, lo que preocupa, desnúdate ante tu Dios.
3. Descubre que Dios te llena el corazón y reza desde el enamoramiento. Déjate ganar el corazón por Él. Siente el amor y embriágate de fe por el Señor.
4. Descubre lo que significa el mandamiento de amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. No sólo es el corazón, sino la vida entera, la experiencia, las razones, la voluntad. Pon toda tu vida en sus manos.
5. Descubre al Dios que se hace presente en la cruz por medio de la esperanza y la resurrección. Intenta vivir también esta situación: sitúate en el momento cercano de encontrarte cara a cara con Él. ¿Qué le dices? 


TIPOS DE ORACION EN LA PALABRA DE DIOS

La oración intercesora - Génesis 18:20-33.



20 Dijo, pues, Yahveh: «El clamor de Sodoma y de Gomorra es grande; y su pecado gravísimo.
21 Ea, voy a bajar personalmente, a ver si lo que han hecho responde en todo al clamor que ha llegado hasta mí, y si no, he de saberlo.»
22 Y marcharon desde allí aquellos individuos camino de Sodoma, en tanto que Abraham permanecía parado delante de Yahveh.
23 Abordóle Abraham y dijo: « ¿Así que vas a borrar al justo con el malvado?
24 Tal vez haya cincuenta justos en la ciudad. ¿Es que vas a borrarlos, y no perdonarás a aquel lugar por los cincuenta justos que hubiere dentro?
25 Tú no puedes hacer tal cosa: dejar morir al justo con el malvado, y que corran parejas el uno con el otro. Tú no puedes. El juez de toda la tierra ¿va a fallar una injusticia?»
26 Dijo Yahveh: «Si encuentro en Sodoma a cincuenta justos en la ciudad perdonaré a todo el lugar por amor de aquéllos.
27 Replicó Abraham: « ¡Mira que soy atrevido de interpelar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza!
28 Supón que los cincuenta justos fallen por cinco. ¿Destruirías por los cinco a toda la ciudad?» Dijo: «No la destruiré, si encuentro allí a 45.»
29 Insistió todavía: «Supón que se encuentran allí cuarenta.» Respondió: «Tampoco lo haría, en atención de esos cuarenta.»
30 Insistió: «No se enfade mi Señor si le digo: “Tal vez se encuentren allí treinta”.» Respondió: «No lo haré si encuentro allí a esos treinta.»
31 Díjole. « ¡Cuidado que soy atrevido de interpelar a mi Señor! ¿Y si se hallaren allí veinte?»
32 Respondió: Tampoco haría destrucción en gracia de los veinte.» Insistió: «Vaya, no se enfade mi Señor, que ya sólo hablaré esta vez: “¿Y si se encuentran allí diez?”» Dijo: «Tampoco haría destrucción, en gracia de
Los diez.»
33 Partió Yahveh así que hubo acabado de conversar con Abraham, y
Éste se volvió a su lugar.


La oración antes de salir a anunciar -Marcos 1:35-39.




35 De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración.
36 Simón y sus compañeros fueron en su busca;
37 al encontrarle, le dicen: «Todos te buscan.»
38 El les dice: «Vayamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que también allí predique; pues para eso he salido.»
39 Y recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.



La Oración perfecta -  Mateo 6:5-8;




5 «Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.
6 Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
7 Y al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados.
8 No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo.




La oración de sometimiento. -  Mateo 26:36-44





36 Entonces va Jesús con ellos a una propiedad llamada Getsemaní, y dice a los discípulos: «Sentaos aquí, mientras voy allá a orar.»
37 Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia.
38 Entonces les dice: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad conmigo.»
39 Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra, y suplicaba así: «Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú.»
40 Viene entonces donde los discípulos y los encuentra dormidos; y dice a Pedro: «¿Conque no habéis podido velar una hora conmigo?
41 Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil.»
42 Y alejándose de nuevo, por segunda vez oró así: «Padre mío, si esta copa no puede pasar sin que yo la beba, hágase tu voluntad.»
43 Volvió otra vez y los encontró dormidos, pues sus ojos estaban cargados.
44 Los dejó y se fue a orar por tercera vez, repitiendo las mismas palabras.


Son muchas las formas de orar a Dios, lo más importante es la fe y la sinceridad con que lo hagas.

 

Cristo, Rey legítimo de Israel


Cristo, Rey legítimo de Israel



Nuestro Señor Jesucristo es rey legítimo de Israel en el momento justo de ser crucificado, puesto que cumplió con todos los requisitos que Dios solicitaba para ser rey legítimo del pueblo de Dios. Solo 3 reyes fueron escogidos por voluntad divina, los demás siguieron una sucesión dinástica humana.

Requisitos para ser Rey de Israel por Voluntad de Dios
 
Requisito Saúl David Jesucristo
Ser escogido por la voluntad de Dios
1 Sam 9:15,16 

1 Sam 16:1 

Heb 1:5-13 

Requisito Saúl David Jesucristo
Tener la intervención de un profeta
1 Sam 8:21,22 
1 Sam 16:2-5 Mateo 3:1-5

Requisito Saúl David Jesucristo
Dios señala al profeta quien es su elegido 1 Sam 9:17 1 Sam 16:10-12 Juan 1:32-34

Requisito Saúl David Jesucristo
El profeta consagra al elegido 1 Sam 10:1 1 Sam 16:13 Marcos 1:9-11

Requisito Saúl David Jesucristo
El elegido recibe y lo guía el Espíritu Santo 1 Sam 10:10 1 Sam 16:13 Lucas 3:21,22

Requisito Saul David Jesucristo
El rey recibe una misión de Dios                
1 Sam 10:1 
1 Sam 17:8-10;40-51 Juan 1:29

Requisito Saúl David Jesucristo
El rey debe ser aclamado y reconocido por el pueblo 1 Sam 10:20-24 2 Sam 5:1-5 Juan 12:12-15

Requisito Saúl David Jesucristo
El rey cumple su misión a cabalidad 1 Sam 11:11-13 2 Sam 5:17-25 Isa 53:1-12

  1. Saúl: Primer rey de Israel.

  2. David: El rey de la promesa de realeza eterna.

  3. Jesucristo: El último rey de Israel y el de la promesa cumplida.


Cristo en el momento que es cuestionado por Poncio Pilatos ya es rey de Israel legítimo. Jesús se prepara para enfrentar la batalla más significativa y crucial de toda la humanidad y del cosmos entero. Tanto los ángeles como los hombres estarán a la expectativa por el desenlace que tomará la vida del rey más importante de los hombres y los ángeles, Jesucristo.
Iesus Nazarenum Rei Iudea = INRI 



Titulo colocado por Pilatos inspirado por el Espíritu Santo para que en el momento de la crucifixión toda la creación viera la promesa cumplida que Dios le hizo a David.


viernes, 5 de abril de 2013

Cristo y el Hogar

Con y Sin Cristo en el Hogar



Había una vez en un pueblo lejano muy lejano dos familias vecinas, que aunque estaban muy cercanas físicamente, sus pensamientos, creencias y decisiones se encontraban en orillas diferentes de un rio.

La familia Ojeda estaba conformada por un humilde carpintero llamado José, una querida costurera llamada María quienes tenían dos hijos, Santiago y Juan. Los cuales estaban para terminar el bachillerato y querían seguir sus estudios técnicos para entrar a trabajar y así contribuir a la tranquilidad del hogar, pues siempre existían momentos de angustia por falta de dinero.

Y la familia Torrenegra conformada por Joaquín, un capataz de construcción mal humorado, bebedor y mujeriego, su esposa era Catalina una frustrada mujer que tuvo que abandonar los estudios al quedar embarazada de Pepe, un joven rebelde y de mala cabeza que andaba siempre en malos pasos y con malas compañías. Y Julia, la menor de la familia consentida de papi y mami, a la que le daban todo por ser la niña de papá.

José aunque era humilde siempre tenía éxito en los trabajos que hacía, pues era muy espiritual y había acostumbrado a su familia a reconocer a Dios en sus vidas. Desde pequeños enseñó a sus hijos a reconocer a Dios en todos sus caminos, y ellos siempre tenían en cuenta la opinión de sus padres y los principios cristianos.

Un día Juan, el hijo menor de los Ojeda, fue invitado por Pepe a un partido de futbol en el estadio de la ciudad, Juan que admiraba a Pepe lo siguió. Estando en mitad del partido y luego de que Pepe le presentara algunos amigos, éste le ofreció una pastillita que hacia subir al cielo y ver estrellitas. Juan tentado y al ser presionado por toda la camada fingió tener dolor de estomago y ganas de ir al baño.

Juan, te tengo un regalito, algo que te puede hacer subir al cielo y ver estrellas. Todos acá ya la usamos y la pasamos de maravilla. Hasta las chicas la usan porque las excita más rápidamente. - Le ha sugerido Pepe a Juan con mucha picardía.

Este, Pepe no sé, tu sabes que eso no está bien y a mí no me llama mucho la atención que digamos. Yo te aprecio mucho, pero eso no va conmigo. Como que me cayó el mango mal porque tengo ganas de vomitar. - Le respondió con cierto temor Juan al perverso amigo. 


No me digas que tienes miedo. ¿Te vas a rajar? Yo pensé que eras un macho, como yo. Mira que hasta las chicas lo hacen y ellas la pasan rico. –Siguió insistiendo el tentador. 

Ese mango como que estaba pasado, porque tengo ganas de vomitar. Hombre, espérame un momento que voy a ir al baño. – Se excusó el joven tratando de evadir el peligro.

Y levantándose se dirigió al baño a lavarse la cara y a pensar cómo zafarse de las intenciones de su malévolo amigo. 

Joda Pepe se la embarró, eche, está perdido él y quiere joderme a mí, es verdad lo que dice Santiago, a metros con ese chico.

Y Juan haciendo alarde de diplomacia y suspicacia se zafó del grupo de amigos, no pudo terminar de ver el partido. Se retiró y se fue para su casa en bus. Angustiado por lo que le había pasado esperó a que llegara su padre para contarle lo sucedido.

Juan en la noche le cuenta a su papá José lo que le había pasado con Pepe y éste le comenta: 

Te he dicho que no andes con ese joven, ese muchacho va a terminar mal. Lo mejor que puedes hacer es irte alejando poco a poco para que no se dé cuenta, pero si tú no te alejas tendré que tomar cartas en el asunto.

Si papá hoy me quedó claro qué destino quiero tener y no es el de Pepe. – Le respondió el angustiado joven a su padre.

En la noche en medio de la oscuridad José esperó que todos se durmieran, incluida su esposa e hizo una oración para proteger a sus hijos del mal:

Señor Jesucristo, te doy gracias porque protegiste a Juan del mal camino, aunque no es muy religioso, nuestras enseñanzas lo han preparado para saber discernir el bien del mal, y escoger el bien. Protege a mis dos hijos salvador nuestro y mantenlos alejados del mal camino. A Pepe Dios mío guíalo y bendice su hogar, entra en ese hogar lleno de oscuridad, ten piedad de Joaquín y bendícelo, amén.

Un día José se enfermó como muy pocas veces lo había hecho en su vida, angustiada, María lo llevó al médico quien lo remitió a piso porque tenía un principio de neumonía. El médico al hablar con María le comentó la situación a ella sola.

Señora es necesario que tengamos a su esposo en observación, puesto le hemos detectado una leve infección a nivel de los bronquios que no queremos que pase a mayores. 


¿Doctor es grave lo que tiene mi esposo?

No se preocupe señora si se atiende a tiempo todo tiene solución. 

Mija no me gusta ni estar enfermo ni los hospitales. – Le confiesa José a su esposa con mucha tristeza desde el cuarto. 

Si te toca quedarte por un tiempo te va a tocar. No seas terco, que con la ayuda de Dios todo va a salir bien. – Le respondió con energía la preocupada mujer una vez entró nuevamente al cuarto y de haber terminado de hablar con el doctor que atendía a José. 

Llama a nuestros hijos para que sepan dónde estamos y no se preocupen tanto. – Le insistió el enfermo. 

Ya los llamo, tú quédate acostado y te vas a tomar las pastillas que el médico te mande. Y si te toca inyectar no vas a chistar.

María, en la puerta del hospital, se comunica por celular con su hijo mayor, Santiago, quien un poco angustiado y extrañado por la inusual enfermedad de su papá localiza a Juan y juntos toman un autobus para llegar a ver a su padre.

Al llegar, toda la familia rodea a José que se siente un poco triste por ser él ahora quien necesita de la protección, atención y amor de su familia. La cual en estos momentos sabe que la unión y la fe es lo mejor para la salud del enfermo. 

Hay mija, no pensé en estos momentos estar así, en un hospital pinchándome todo el día y con ustedes cuidándome, cuando siempre he sido yo el que los ha protegido siempre. - Expresa con tristeza José. 

Hombe papi cógela suave que como en muchas ocasiones, con la ayuda de Dios salimos de esta. No hay mal que por bien no venga, de pronto lo mejor para ti es estar ahora en este lugar. - Lo alienta Santiago, el mayor. 

Aja descansa y disfruta del cuidado que te estamos dando. Ya vimos que no eres de hierro, que eres humano y le tienes miedo a las inyecciones ah. - Lo molesta Juan, el menor.

Y riendose de la situación entienden que todo el tiempo no se puede ser infalible a las enfermedades y al tiempo, puesto que los años no vienen en vano.

Cada noche que pasaba José en el hospital oraba por su salud, por su familia y por sus vecinos.



Señor te ruego que según tu voluntad, me permitas volver con mi familia a salvo. Cúrame oh Dios de la sanación, en tus manos encomiendo mi cuerpo, mi salud y mi familia. Señor lleva tu luz a mi vecino Joaquín.

Lo mismo hacía María y sus hijos. Oraban cada noche por la salud de su esposo y su padre respectivamente. Ya que el médico les había comentado que si José hubiese llegado tres días más tarde hubiera sido muy difícil hacer algo para salvarlo.



Catalina, la vecina, al notar la casa vacía y ver que José ya hacía varios días no había vuelto a la casa, decidió preguntarle a María por su marido. 

Aja María y ¿José donde está que hace como cinco días que no lo veo y no ha venido tampoco?. Y veo que tus hijos una vez que llegan del colegio se cambian y salen de una. 

Es que José esta internado en el hospital porque tuvo una pequeña infección en los pulmones y nos lo dejaron internado, mientras los médicos le tratan la infección. Esto ha sido muy duro para mí y para los chicos porque nunca habían visto a su papá enfermo. 

Bueno que se mejore pronto José es raro verlo enfermo. Le desea la curiosa vecina.  

Por la noche al llegar su marido a la casa, Catalina le comentó a Joaquín las dificultades por las que pasaban los Ojeda y la enfermedad de José, el jefe de esa familia. 

Imagínate, amor, que José está enfermo y está hospitalizado desde hace varios días, y María y los pelaos no andan al lado.

Aja y a ti que te importa, que ¿estás preocupada por el vecino? 

!Tú como siempre, con esos malditos celos¡. ¿No son vecinos nuestros?. Cada vez que necesitas un favor sales corriendo a pedirle ayuda a José. Le increpó Catalina a su esposo por la respuesta agresiva de éste. 

Que nada, eche, ¿No y que tiene la protección de Dios?, pues que su Dios lo cure, tanto que habla de él. Vamos a ver si tanta oracioncita y tanta ida a misa le van a servir para sacarle el cuerpo a la huesuda, esa cuando viene no la detiene nadie. Por eso hay que gozar la vida como se pueda y cuando se presente la ocasión. – Fue la respuesta soberbia y razante de Joaquin.  

Definitivamente tu eres único, no le temes a Dios ni a la muerte, yo no sé que me pasó por la cabeza cuando me enamoré, me tienes decepcionada. Le gritó con decepción la mujer ya malhumorada. 

!Pa joderte¡, si quieres irte allí está la puerta, pero te llevas a esos pelaos porque yo no voy a arriar con ninguno. Si se van se van todos.

Y a los 7 días de haber sido internado José y luego de una fuerte lucha contra la infección, el cuerpo de José respondió muy bien a los antibióticos y tratamientos de los médicos. Todos estaban felices porque el padre y esposo volvía a casa sano y salvo. La crisis los había unido y había hecho que el amor de pareja y familia se fortaleciera mucho más. Ellos sabían que Cristo y los médicos eran la fórmula para curar y pasar la crisis.



Tres meses después de esto Joaquín empezó a sentirse mal. Por las noches no podía dormir. Ya angustiado por su salud fue donde su hermano Alberto, quien vivía en otra ciudad cercana y era el mayor de todos sus hermanos, para desahogarse. Al estar solos le dijo: 

Hace ya como una semana que no puedo dormir y cada vez que orino me arde. Y ya no me da ganas de echarme una cana al aire. Estoy jodido hermano. 

Eche hermano, no me digas que ya no puedes, tu sabes. – Le preguntó su hermano Alberto. 

Tu sabes que yo siempre estoy en disposición y a las chicas no se les puede fallar. Ya hace rato que no consigo nada bueno de trabajo pura cosa pequeña, el Pepe anda perdidó en la droga y la niña de vaina no me ha salido loca. – Se quejaba Joaquin con su hermano. 

Eso crees tu hermano, hace como quince días tuve que regañarla porque la encontré en un malecón a oscuras con dos pelados del colegio y la tuve que regañar. – Le informó el tío de la muchacha, el cual viajaba costantemente a la ciudad vecina a hacer sus negocios y a visitar a sus amantes. 

¿Cómo va a ser, y tú no me habías dicho nada? . Estas jodido, con hermanos como tú para que enemigos. 

Conociéndote sabía que la ibas a maltratar sin remordimiento y también ibas a arremeter contra Catalina, la que ya mucho has desgraciado con la vida que le has dado. – Le hizo saber Alberto. 

!Estoy mas salado que pescado atrapado en salina¡. Eche, voy a tener que hacerme un trabajo porque ya no aguanto esta mala suerte estoy que me tiro al mar. – Le informó Joaquin.

De vuelta a la ciudad donde residía, una vez Joaquín llegó a su casa la emprendió contra Julia, su consentida, y le pegó duramente por lo que interveno Catalina, su esposa y madre de la niña, recriminandole el maltrato a su hija. 

¿Porqué vienes endemoniado, que te pasa?, ¿Ya no es suficiente con la vida que nos das? A mi me tratas como un trapo, a Pepe ni le prestas atención a todo lo que hace, ya está perdido en la droga y ahora a Julia la golpeas sin ni siquiera decir porqué. ¿De dónde vienes que traes al diablo encima o es que tú lo eres? 

Ya estoy aburrido de esta situación nada me sale bien, tú vives frustrada y amargada, el otro no sirve para nada y ahorita hay que irlo a recoger a la mitad de la calle cuando ya no se acuerde ni de su propio nombre. Y ahora ésta degenerada la encontró el tío en el malecón con dos tipos, ni siquiera con uno con dos. Le recriminó a las dos por tal información recibida. 

Es que tú traes el mal encima, debes estar es embrujado por tanta cosa mala que has hecho, quien sabe que mujercita ardida te habrá echado algún mal por lo perro que eres. Ya vete a dormir y dejamos en paz. Le recriminó la mujer completamente desfigurada por la ira y la frustración de su alma. 

Mañana vamos donde tu tío Casimiro para que nos eche la suerte y ver si tengo algún trabajito encima y me lo quita. – Le respondió Joaquin a su esposa sobre la idea de visitar el tio de ésta, quien era un brujo reconocido de la ciudad y siempre visitaba Joaquin para echarse la suerte.


Y así fue, lejos de reconocer la falta de Dios, de buscar en Jesucristo el perdón, la reconciliación y la sanación, Joaquín buscó salidas oscuras y equivocadas. El tío Casimiro, con tal de ganarse la platica como buen charlatán, le confirmó lo que sospechaban y le envió a tomar a Joaquín un brebaje que lejos de mejorarle la situación le empeoró el estado de salud que tenía y el cual no había querido tratar Joaquin como debe ser, con Dios y la Medicina.




Joaquín en menos de 7 días fue consumiéndose y acabándose como un árbol que se seca y se marchita. A los 10 días de haberse tomado el brebaje y de ponerle velas a toda fuerza oscura, Joaquín conoció a la huesuda, tal y como él lo había predicho con la suerte de José. 


Lo que nunca Joaquín quiso saber es que sí hubo uno que le sacó el cuerpo a la muerte y la venció en su propio reino resucitando y viviendo para siempre… Jesucristo.

 

Joaquin tenía sida sin saberlo, pero no murió de eso, sino de una infección urinaria y una inflamación de la próstata que, al no ser tratada lo llevó a una asepcia mortal. Por fin, Catalina pudo recoger a sus hijos y juntos pudieron salir adelante a todas las adversidades. Tuvieron que pasar muchas necesidades después de todas estas cosas, pero con el consuelo de sus vecinos y alejándose de su tio Casimiro pudo encontrar la paz para su familia.




Pensada y Escrita por Henry Castro de La Hoz


 

miércoles, 20 de marzo de 2013

Una Amistad Poderosa


Ocurrió una vez en la inmensa y salvaje selva que un feroz, fuerte y despiadado león tenía azotado a los animales más indefensos. Cada semana acostumbraba atacar y comerse a un animal de diferente especie. Había también en el mismo lugar un pequeño ratoncito muy astuto quien le tenía miedo a la idea de encontrarse frente a frente con el temido animal asesino.
Un día en el velorio de una víctima, el ratoncito le preguntó a su amigo el mico:
 –Amigo mico ¿Cómo harías para salvarte en caso de que te encuentres con el león asesino? - Preguntó el roedor intrigado. 
 –Ay, con mi inteligencia le comienzo a tirar piedras y busco un árbol alto para refugiarme y el estará saltando y saltado hasta que se   canse y se vaya. –Le ha contestado el mico.
 –Bueno será confiar en lo alto y fuerte del árbol. - Dijo el ratoncito.

Y aconteció que unos días después el león se topó con el mico y queriendo devorárselo lo cercó llevándolo entre arbustos. El mico tal como le había dicho al ratoncito empezó a lanzarle piedras, que el león esquivó con su agilidad y astucia. El mico se subió al árbol más alto que encontró y pensó estar seguro, pero no contó con la inteligencia y la perversidad del león, que utilizando sus poderosas garras empezó a empujar el árbol hasta que hizo que el mico se cayera justo frente a su hambrienta boca… y zúas.
Dias despues, estando el ratoncito en el velorio del mico le preguntó a su amiga la cebra:
 –Amiga cebra ¿Cómo harías para salvarte en caso de que te encuentres con el león asesino? 
 –Ay, con mi fuerza y velocidad empiezo a correr de un lado a otro, luego cuando esté cansado le lanzo una patada con mis poderosas patas traseras y lo dejo muerto. –Le ha contestado la cebra.
 –Bueno será confiar en tu velocidad y la fuerza de tus patas traseras - Expresó el ratoncito.

Y aconteció que unos días más tarde el león se topó con la cebra y queriendo devorársela la empezó a perseguir. La cebra tal como le había dicho al ratoncito empezó a correr de un lado a otro tratando de escapar del león, pero éste con el hambre que tenía no renunció ni un segundo llevando al cansancio a la desesperada cebra quien en un momento de descuido fue atacada por el cuello por el león, quien con suma facilidad devoró al caballo rayado.

Días despúes, estando el ratoncito en el velorio de la cebra y al ver que todos sus amigos habían sido devorados por el perverso animal se dijo a sí mismo:
 –Todos mis amigos han sido devorados cruelmente por el malvado león, unos tenían inteligencia y se podían subir a grandes árboles, pero fueron devorados. Otros tenían velocidad y fuerza en sus patas y también fueron devorados. Yo soy pequeño, no tengo fuerza y soy insignificante frente al poderoso león. ¿Qué estrategia debo seguir?

Y utilizando su astucia se acordó del Elefante y dijo:
 –Me haré amigo del elefante. Yo sé que no tenemos muy buena relación, es más nunca hemos hablado, pero si tengo como amigo al elefante sé que el día que tenga que enfrentar al león y acudo a mi amigo el elefante por lo menos le meteré miedo al perverso ese. Voy a buscar al elefante.

Y así hizo, buscó al elefante más grande y se presentó ante él, aunque un poco temeroso, pero decidido de entablar una amistad, una alianza que le pudiera ayudar a enfrentar al poderoso león asesino. Al principio el elefante se sintió sorprendido de que una insignificante criatura se le acercara y sobre todo que le pidiera ser su amigo.

Y aconteció que todos los días el ratoncito buscaba al elefante y hablaban bastante, y el ratoncito le contaba todas las historias que le pasaban a él y que oía de los otros animales. Su relación se fortaleció hasta tal punto que el elefante ya consideraba al ratoncito como su amigo, como su hermano.

El elefante le dijo al ratoncito:
 –Amiguito mío, te has metido tanto en mi corazón que te considero un hermano, un hermanito. Si cualquier día tienes problemas no dudes en llamarme, yo te oiré con estas orejas tan grandes que tengo he iré tan rápido que pulverizaré a cualquiera que te amenace, no lo dudes.

Un día, el momento más temido por el ratoncito se presentó, se topó con el terrible león. El gran felino al ver al diminuto roedor creyó que era bueno como aperitivo para empezar su faena de casería. Pero al darse cuenta el ratón de que tenía al frente al asesino de sus amigos y su posible verdugo no dudó en pegar un gran grito

 –Elefante, Elefante, Auxilio, Elefante..

La poderosa bestia, al oír los gritos desesperados de su querido amiguito, alzo sus enormes orejas, lanzó un gran grito con su tropa y empezó su embestida hasta llegar al lugar donde estaba el ratoncito y el león; quien estaba ya listo para saltar sobre su presa. Pero al ver la presencia del imponente ser se detuvo y retrocediendo desertó de sus malévolos deseos.

El elefante le preguntó al ratoncito:
 – ¿qué ocurre amigo mío, te está molestando este señor? 
 – No, el ya se iba solo me estaba saludando, ¿verdad león?
  Si claro cómo no, yo solo pasaba por acá ya me iba tengo cosas que hacer – dijo el león un poco temeroso. 

Puesto que en toda la selva el león al único animal que le guarda respeto es al elefante y no iba a poner en riesgo su vida por un insignificante ratonsuelo. Y así el elefante le recordó al león que no intentara lastimar a su pequeño amigo porque el día que lo intentara se las vería con la furia del imponente elefante. Y así fue, y cada vez que el león intentaba atacar al ratoncito este solo le susurraba: Esta cerca el elefante
mi amigo el poderoso…

Ideada y Escrita por Henry Castro  De la Hoz
El Poder de La Oración.

  1. Perseverante: Lucas 18:1-8.
  2. Guiada por el espíritu santo: 1 Corintios 2:10-13;
  3. Que vaya acorde a la voluntad de Dios: Isaías 55:8-11;